Historia negra: Cristianos tempranos y supuestos en África
COGwriter
Febrero es el Mes de la Historia Negra en los EE.UU. y Canadá (el Reino Unido usa en su lugar octubre), y yo pensé que este sería un buen tiempo para explicar que hubo reales y pretendidos líderes cristianos en África del Norte en el siglo tercero (sin consideración a la raza).
En el siglo tercero, una vez hubo algunos cristianos reales en el norte de África, Orígenes (quien aparentemente no era negro) anotó que había dos grupos que él consideraba ser los “Ebionitas”, unos que creían en el nacimiento de una virgen (y que eso sería aquellos que este artículo sugiere que eran también conocidos como los Nazarenos) y aquellos no lo hacían:
Se admite, además, que hay algunos que aceptan a Jesús, y que hacen alarde sobre ser contados como cristianos, y sin embargo regularían su vida, como la multitud judía, de acuerdo con la ley judía –y estos son la secta dividida en dos de los Ebionitas, que o reconocen con nosotros que Jesús nació de una virgen, o niegan esto, y mantienen que Él fue concebido como los demás seres humanos… (Orígenes. Contra Celsus, Libro V, capítulo 61).
Los verdaderos cristianos en África no eran aquellos asociados con Orígenes (por favor vea lo que ocurrió en Alejandría), ni aquellos que negaban el nacimiento virginal. Los verdaderos cristianos eran aquellos que profesaban a Cristo y tenían prácticas similares a las de los judíos.
Orígenes de Alejandría, sin embargo, no era un verdadero cristiano. Origen incluso parecía reconocer algunos escritos no canónicos como Escrituras y había estado influenciado por algunas enseñanzas gnósticas. Tristemente, Origen se refería a la Epístola de Barnabas como él lo hace con partes verdaderas de la Biblia (Origen. Contra Celsus, Libro I, Capítulo 63), parece también hacer eso con el falsamente titulado Evangelio de Pedro (Orígenes. Comentario sobre Mateo, Libro X, Verso 17, ANF), e incluso llama a lo que yo considero estar “influenciado demoníacamente” Pastor de Hermas como “divinamente inspirado” (Citado en Metzger, Bruce M. El Canon del Nuevo Testamento: Sus orígenes, desarrollo, y significado).
Antioquía (que está ahora en los días actuales en Siria) probablemente resistió mucho de esta influencia gnóstica hasta algún tiempo en el comienzo del siglo tercero. Y aunque Orígenes y algunos otros reconocieron al falsamente titulado “Evangelio de Pedro”, él fue específicamente condenado por Serapio, Obispo de Antioquía. Serapion fue a ver un grupo que él pensaba que era cristiano en el puerto costero de Rhossus, que está localizado al suroeste de Alejandría. Cuando él llegó allí estuvo disgustado de aprender que ellos estaban leyendo este “Evangelio de Pedro” (Eusebio. La Historia de la Iglesia, Libro VI, Capítulo XII, verso 1, p. 125) y de esta manera él se dio cuenta de que ellos no eran del todo parte de la “verdadera fe”:
Pues nosotros, hermanos, recibimos tanto a Pedro y a los otros apóstoles como Cristo; pero nosotros rechazamos inteligentemente los escritos falsamente inscritos con ellos, sabiendo que los mismos no habían sido entregados. Cuando yo los visité a ustedes yo suponía que todos ustedes mantenían la verdadera fe… (Eusebio. La Historia de la Iglesia, Libro VI, Capítulo XII, versículos 3-4, p. 125-126).
Así aunque había algunos verdaderos cristianos en el norte de África en la primera parte del siglo tercero, Serapion se encontró con unos falsos. Y como el resto del mundo, tristemente la mayoría del pueblo en África (y en otras partes) que profesan la religión de Cristo, no están practicando la religión del Cristo de la Biblia puesto que la verdadera iglesia se esperaba sólo que fuera un “rebaño pequeño” (para más información, por favor vea el artículo La Historia de la Primera Cristiandad).
Probablemente debería mencionarse que alrededor del tiempo de Serapion, al menos un líder africano se le plantó a los alegoristas como Orígenes. La Enciclopedia Católica informó:
Un obispo egipcio, Nepos, enseñaba el error Chiliástico de que habría un reino de Cristo sobre la tierra por mil años, un período de delicias corporales; él fundaba esta doctrina en el Apocalipsis en un libro titulado “Refutación de los Alegoristas” (Chapman, John. “Dionysius of Alexandria.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 5. New York: Robert Appleton Company, 1909. 14 Aug. 2008 <http://www.newadvent.org/cathen/05011a.htm>.).
Un erudito del siglo diecinueve anti-milenarista llamado Giovanni Battista Pagani fue más lejos para escribir lo siguiente acerca de Nepos y aquellos que apoyaban el Milenio:
…todos aquellos que enseñan un milenio enmarcado de acuerdo a las ideas judías, diciendo que durante el milenio, la ley mosaica será restaurada… Estos son llamados Milenaristas Judaicos, no como siendo judíos, sino como habiendo inventado y mantenido un milenio de acuerdo al sabor judío. Los principales autores de este error eran Nepos, un obispo africano, contra quien San Dionisio escribió sus dos libros sobre Promesas; y Apollinaris, a quien San Epifanio confundía en su obra contra las herejías. (Pagani, Giovanni Battista. Published by Charles Dolman, 1855. Original from Oxford University. Digitized Aug 15, 2006, pp. 252-253).
Debería ser de interés anotar que ni Nepos ni Apollinaris eran judíos (Nepos puede haber sido negro), pero fueron condenados por tener una religión que tenía creencias “judías”. Y puesto que Apollinaris es un santo católico (ver artículo Apollinaris de Hierapolis), debería estar claro que los respetados y no judíos líderes cristianos en el comienzo del siglo tercero claramente mantenían ideas que eran condenadas por los alegoristas.
Lo siguiente de Dionisio claramente muestra que Nepos todavía era respetado después de muerto (Nepos murió antes de que Dionisio escribiera lo siguiente en la mitad del siglo tercero) y realmente no lo refutó a él desde una perspectiva bíblica:
Pero como ellos producen una cierta composición por Nepos, sobre la cual ellos insisten muy fuertemente, como si ella demostrara indiscutiblemente que habrá un (temporal) reino de Cristo sobre la tierra, yo tengo que decir, que en muchos otros aspectos yo acepto la opinión de Nepos, y lo amo a él de una vez por su fe, y su laboriosidad, y su paciente estudio de las Escrituras, como también por sus grandes esfuerzos en salmodia, por los que incluso ahora muchos de los hermanos se deleitan. Yo tengo al hombre, también, en profundo respeto todavía más, por cuanto él se ha ido a descansar antes que nosotros. No obstante la verdad ha de ser apreciada y reverenciada por encima de todas las cosas. Y aunque es ciertamente apropiado alabar y aprobar generosamente lo que se dice correctamente, no es menos apropiado examinar y corregir cualquier cosa que pueda parecer haber sido escrita incorrectamente. Si él hubiera estado presente entonces él mismo, y hubiera estado manifestando sus opiniones oralmente, habría sido suficiente discutir la cuestión juntos sin el uso de escritos, y comprometerse en convencer a los oponentes, y seguir con ellos por el interrogatorio y la réplica. Pero la obra está publicada, y es, como parece a algunos, de un carácter muy persuasivo; y hay incuestionablemente algunos maestros, quienes mantienen que la ley y los profetas no son de importancia, y quienes declinan seguir los Evangelios, y quienes desprecian las epístolas de los apóstoles, y quienes han hecho grandes promesas respecto a la doctrina de esta composición, como si hubiera algún grande y oculto misterio, y quienes, al mismo tiempo,no permiten que nuestros hermanos más simples tengan ninguna sublime y elevada concepción sea de la aparición de nuestro Señor en Su gloria y en Su verdadera divinidad, o de nuestra propia resurrección de los muertos, y de ser juntados a Él, y asimilados a Él, sino, por el contrario, comprometerse a llevarles a ellos la esperanza de cosas que son triviales y corruptibles, y sólo tales como lo que nosotros encontramos al presente en el reino de Dios. Y puesto que este es el caso, se hace necesario para nosotros discutir este tema con nuestro hermano Nepos justo como si él estuviera presente (Dionysius of Alexandria. From the Two Books on the Promises. Copyright © 2008 by Kevin Knight. Viewed 8/14/08).
En otras palabras, Nepos conocía su Biblia, pero no mantenía la misma posición que los alegoristas como Dionisio de Alejandría tenían. Pero aquellos que mantenían creencias judío-cristianas, aunque levemente castigados, simplemente no eran casi condenados por los primeros alegoristas. Principalmente, porque los primeros alegoristas sabían que los cristianos originales mantenían las creencias y prácticas que los alegoristas consideraban ser judías –y en este estadio, los alegoristas simplemente no tenían la habilidad para condenar a los literalistas porque más de quienes profesaban a Cristo en ese tiempo sabían que los literalistas tenían lazos con la iglesia apostólica original. (Más informacion sobre los cristianos fieles en las localidades del norte de África puede encontrarse en el artículo Nazarenos arábigos pueden haber conservado prácticas cristianas originales).
Había cristianos fieles al comienzo en el norte de África, de varias razas, en el siglo tercero, quienes creían en el milenio y no hacían compromisos con los alegoristas. Hay también cristianos como esos hoy.
Antes de seguir adelante, me gustaría mencionar que un hereje del siglo primero del norte de África/Egipto, llamado Cerinthus fue a Éfeso.
Cerinthus mantenía conceptos teológicos impropios y él enseñaba alegorizar la escritura, enseñaba que la tradición no bíblica era más importante que la escritura, mezclaba enseñanzas gnósticas con la Biblia, implementaba festivales inapropiados, decía ser un apóstol, y decía que los ángeles le daban mensajes a él.
Ireneo indica que Juan estuvo seriamente opuesto a ese hereje:
Están también aquellos que escucharon de él que Juan, el discípulo del Señor, yendo a bañarse a Éfeso, y percibiendo que Cerinthus estaba adentro, se salió de la casa de baños sin bañarse exclamando, “Volémonos, no sea que incluso la casa de baños se caiga, a causa de que Cerinthus, el enemigo de la verdad, está adentro.” (Irenaeus. Adversus Haeres. Book III, Chapter 3, Verse 4)
El apóstol Juan encomendaba a la Iglesia en Éfeso porque, “ustedes han probado a aquellos que dicen que son apóstoles y no lo son, y los han encontrado mentirosos” (Apocalipsis 2: 2), indicando así que los fieles allí no aceptaban al falso Cerinthus –sin embargo muchos aceptan al menos parte de las enseñanzas de Cerinthus hoy. Más sobre Cerinthus puede encontrarse en el artículo Cerinthus: Un temprano hereje.
Guardadores del sábado en Etiopía
Quizás debería anotarse también que ha habido guardadores del sabbath por largo tiempo quienes proclaman a Cristo en la nación africana de Etiopía. Etiopía está al este-norte-este de África. En el siglo cuarto en Etiopía, Frumentius reportó:
“Y nosotros nos reunimos en sábado”, continúa él; “no que nosotros estemos infectados con judaísmo, sino para adorar a jesús, el Señor del Sabbath” (Davis, Tamar. A General History of the Sabbatarian Churches. 1851; Reprinted 1995 by Commonwealth Publishing, Salt Lake City, pp. 41-42).
Note algunas de las afirmaciones del emperador etíope Galawdewos (D.C. 1540-1559):
Nosotros celebramos el Sabbath, porque Dios, después de que Él hubo acabado la Creación del Mundo, descansó en él… y que especialmente, puesto que Cristo no vino a disolver la ley sino a cumplirla. Es por lo tanto no en imitacion de los judíos, sino en obediencia a Cristo, y a Sus santos apóstoles, que nosotros observamos ese día (Quoted in Bradford C.E. Sabbath Roots, The African Connection. L. Brown and Sons, Barre (VT), 1999, p. 26).
Note también lo siguiente:
W.W. Oliphant, un líder africano de la iglesia en los primeros años del siglo veinte dice que el “Sabbath en Etiopía [ha] sido guardado desde los días de Nimron, cerca de 2140 A.C. (leer Gén 10: 8, 10), que es 700 años antes del nacimiento de Moisés… Africanos o Etíopes han sido observadores del Sabbath desde los Nías de Nimrod, el hijo de Cush” (Quoted in Bradford C.E. Sabbath Roots, The African Connection. L. Brown and Sons, Barre (VT), 1999, p. 26).
Si bien la anterior conexión al tiempo de Nimrod es difícil de probar o desaprobar, la realidad es que Etiopía ha tenido una larga historia de guardar el séptimo día Sabbath.
Aunque la mayoría de la gente alrededor del mundo que guarda el séptimo día Sabbath no son parte de la Iglesia de Dios (la mayoría de los judíos y los Adventistas del Séptimo Día lo guardan), es interesante que él fuera guardado en una nación gentil africana como Etiopía siglos antes de que se formara la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y quizás antes del nacimiento de Cristo.
Quizás los primeros fieles cristianos introdujeron el Sabbath a los etíopes, o es también posible que la Reina de Saba trajera el guardar el Sabbath a Etiopía después de su encuentro con Salomón o quizás que fuera conocido desde el tiempo del diluvio.
De cualquier forma, algunos Gentiles en África han estado guardando el Sabbath por centurias. Y aquellos de nosotros fieles a la Iglesia de Dios todavía hacemos eso hoy. La Continuación de la Iglesia de Dios tiene congregaciones afiliadas que guardan el Sabbath en África quienes también mantienen enseñanzas de Nepos acerca del Milenio.