El Papa Francisco hace un llamado para terminar la guerra, pero…

El Papa Francisco hace un llamado para terminar la guerra, pero…

COGwriter

El Papa Francisco habló de paz y de terminar la guerra hoy:

Paren las guerras, dice el Papa en un llamado de Año Nuevo

Enero 01, 2014

CIUDAD DEL VATICANO – El Papa Francisco di un apasionado discurso de Año Nuevo el miércoles, diciendo que el corazón de la humanidad parece haberse extraviado y demasiadas personas son todavía indiferentes a la guerra, la violencia y la injusticia.

El pontífice, quien tomó su nombre papal de San Francisco de Asís, el santo más asociado con la paz, urgió al mundo a escuchar el “grito por la paz” de los pueblos que más sufren.

“¿Qué está sucediendo en la Tierra en los corazones de los hombres? ¿Qué está sucediendo en la Tierra en el corazón de la humanidad?”, dijo él a cientos de miles de personas en la Plaza de San Pedro en el día que la Iglesia Católica Romana celebra su Día Mundial de la Paz.

Tiempo de parar

“Es tiempo de parar!, dijo él, apartándose de su texto preparado. http://www.voanews.com/content/reu-stop-the-wars-pope-says-in-new-year-address/1821329.html

El Papa Francisco también hizo un llamado por la paz hace una semana (ver Discurso de Navidad del Papa Francisco: ¿Palabras de un cordero o de un dragón?)

Como yo dije entonces, y diré ahora, aunque en la superficie algo de esto suena como lo que podría decir un “cordero”, ¿Podría ello ser parte del discurso de un dragón (Apocalipsis 13: 11)?

Desde la perspectiva del “cordero”, Jesús claramente enseñó que los cristianos deberían ser pacificadores:

9 Bienaventurados sean los pacificadores, pues ellos serán llamados hijos de Dios. (Mateo 5: 9).

Ser un pacificador real es verdaderamente bueno.

Muchos en los medios parecen enamorados con el Papa Francisco y muchos parecieron amar su discurso hoy como también el de la semana pasada.

Por supuesto, los verdaderos líderes cristianos deberían estar interesados en la paz, como escribió el apóstol Pablo:

15. …Como está escrito:

“Cuán hermosos son los pies de aquellos que predican el evangelio de la paz, que traen buenas nuevas de cosas buenas!”

Sin embargo, note algo también del apóstol Pablo:

16 Pero ellos no han todos obedecido el evangelio. Pues Isaías dice, “Señor, quien ha creído nuestro informe?” (Romanos 10: 15-16).

16 Destrucción y miseria están en sus caminos; y la senda de la paz no la han conocido. (Romanos 3: 16-17).

El Papa Francisco habla de paz, pero… El Papa Francisco no entiende ni enseña el verdadero evangelio. Sin embargo, los medios tienden a pensar que él lo hace, puesto que ellos tampoco conocen el verdadero evangelio ni el camino de la paz.

Además, fue después de que su iglesia hizo algunos arreglos con el emperador pagano Constantino (quien adoraba al dios sol guerrero de Mithras) que la mayoría en las iglesias greco-romanas abrazaron la guerra.

Desde ese punto hacia adelante, la historia registra a su iglesia instigando, alentando, y en varias formas promoviendo la guerra, incluyendo la guerra contra los verdaderos cristianos y otros (La Inquisición es un ejemplo) y los Musulmanes (las Cruzadas son aquí un ejemplo).

Note el relato de dos historiadores:

La Batalla del Puente Milvian (321 D.C)…Constantino…la…cruz. Él había sido llevado a adoptar este emblema a través de la aparición, en cuando él oraba al dios-sol, de una cruz sobre el sol que se ponía, con la inscripción sobre ella, Por este signo vencerás. Obediente a la visión celestial, Constantino hizo de una vez a la cruz su emblema, y fue detrás de este nuevo emblema que sus soldados marchaban a la victoria en la batalla del Puente Milvian.

Cualesquiera que hayan sido las circunstancias o los motivos que llevaron a Constantino a hacer de la cruz su estandarte, este acto constituye un punto de quiebre en la historia de la Iglesia Cristiana. El cristianismo había llegado al mundo como una religión de paz y de buena voluntad. El Maestro había ordenado a sus discípulos dejar la espada. Por dos centurias y más, la obediencia a este mandato por un gran cuerpo de sus seguidores había sido tan implícita, que un espíritu Quáquero, no militar había caracterizado por todo este período a la nueva secta. Algunos de los primeros padres de la Iglesia enseñaron que la profesión de las armas era incompatible con la vida de un verdadero cristiano. Pero después de la victoria de la Cruz en el Puente Milvian ocurrió un cambio en la Iglesia. Ella se inclinó más sobre el poder terrenal, y se hizo militante. Esta infusión dentro de la Iglesia del espíritu militar de Roma fue una de las más importantes consecuencias del relato de la cruz milagrosa en el cielo, y del abrazar la causa cristiana por el emperador Constantino. (Van Ness Myers, Philip. Ancient History.Published by Ginn and company, 1916 Original from the New York Public Library Digitized Sep 26, 2007, pp. 480-481).

{Constantino} les describió a ellos la figura del signo que él había visto, pidiéndoles que lo representaran en oro y piedras precosas…Ahora ello fue hecho en la siguiente manera. Una larga lanza, cubierta de oro, forma la figura de la Cruz mediante una barra transversal puesta sobre ella. En la cima de todo fue fijada una corona de oro y piedras preciosas; y dentro de esta, el símbolo del nombre del Salvador, dos letras que indicaban el nombre de Cristo por medio de sus caracteres iniciales, la letra P siendo intersectada por la X en su centro…

El emperador constantemente usaba este signo de salvación como salvaguarda contra todo poder adverso y hostil, y ordenó que otros similares a él deberían ser portados a la cabeza de todos sus ejércitos (Eusebio. La Vida de Constantino, Libro 1, capítulo 31).

Así, en otras palabras, como los Quáqueros y los fieles de la Iglesia de Dios, aquellos que se consideraban a sí mismos Cristianos se oponían a la participación militar hasta que el emperador adorador del dios-sol dijo ver una lanza en el cielo con una cruz en barra. Entonces él y sus inmediatos soldados “cristianos” usaron esto como su emblema cuando ellos salían y mataban. Así, esto es como la participación en la guerra se hizo “aceptable”. ¿Se dan cuenta los Protestantes, los Católicos y los Ortodoxos que esta es la verdadera razón por la cual “cristianos” decidieron que ellos podían portar armas para los gobiernos humanos?

Un anterior sacerdote católico informó:

Mientras que hasta el año 175 no había ni un solo soldado cristiano, en 416, por un edicto de Teodosio, sólo a los cristianos se les permitía enrolarse (De Rosa, Peter. Vicars of Christ. Poolberg Press, Dublin, 2000, p. 156).

No obstante, esta no es un área en la que los verdaderos cristianos hicieron compromisos. Los únicos que se enrolaban eran aquellos que terminaron aceptando el tipo de “cristianismo” comprometido que casi todos los emperadores greco-romanos desde Constantino en adelante promovieron.

Los principales teólogos católicos romanos trataron de justificar la guerra en los siglos quinto y sexto y Tomás de Aquino realmente hizo la lista de algunas de las objeciones que los verdaderos cristianos debían tener hacia la guerra:

Objeción 1. Parecería que es siempre pecado comprometerse en la guerra. Porque el castigo no es infligido sino por el pecado. Ahora aquellos que hacen la guerra son amenazados por Nuestro Señor con castigo, de acuerdo a Mt. 26: 52: “Todo el que tome la espada perecerá por la espada”. Por lo tanto todas las guerras son ilegales.

Objeción 2. Además, todo lo que es contrario a un precepto divino es pecado. Pero la guerra es contraria a un precepto divino, pues está escrito (Mateo 5: 39): “Pero yo digo que ustedes no resisten al mal”; y (Romanos 12a. 19), “No os venguéis vosotros mismos, mis queridos hermanos, sino.

dad lugar a la ira”. Por lo tanto la guerra es siempre pecaminosa.

Objeción 3. Además, nada, excepto el pecado, es contrario a un acto de virtud.

Pero la guerra es contraria a la paz. Por lo tanto la guerra siempre es pecado.

Objeción 4. Además, el ejercicio de una cosa legal es por sí mismo legal, como es evidente en los ejercicios científicos. Pero los ejercicios de guerra que tienen lugar en los torneos están prohibidos por la Iglesia puesto que aquellos que matan en aquellas pruebas son privados del entierro eclesiástico. Por lo tanto parece que la guerra en sí misma es un pecado.

Por el contrario, Agustín dice en un sermón sobre el hijo del centurión [Ep. ad Marcel. cxxxviii]: “Si la Religión Cristiana prohibió la guerra completamente, aquellos que buscaron saludable consejo en el Evangelio habrían estado mejor aconsejados a arrojar sus armas, y dejar del todo el ser soldados. Por el contrario, a ellos se les dijo: “No hagáis violencia a ningún hombre… y estad contentos con vuestra paga” [Lucas 3: 14.] Si él les ordenó a ellos estar contentos con su paga, él no les prohibió ser soldados.” (Aquinas Thomas. The Summa Theologica of St. Thomas Aquinas. Second and Revised Edition, 1920. Literally translated by Fathers of the English Dominican Province. Online Edition Copyright © 2006 by Kevin Knight. Nihil Obstat. F. Innocentius Apap, O.P., S.T.M., Censor. Theol. Imprimatur. Edus. Canonicus Surmont, Vicarius Generalis. Westmonasterii. APPROBATIO ORDINIS. Nihil Obstat. F. Raphael Moss, O.P., S.T.L. and F. Leo Moore, O.P., S.T.L. Imprimatur. F. Beda Jarrett, O.P., S.T.L., A.M., Prior Provincialis Angliæ).

Después de hacer la lista de 4 objeciones válidas, Aquino intenta justificar la guerra por encima de aquellas objeciones. Yo simplemente comentaría aquí que es imposible No hacer violencia a ningún hombre si usted ha de matar o ha de tratar matar a otros –así el que Aquino use el argumento de Agustín aquí simplemente no prueba su punto. El punto principal de Lucas 3: 14 es que Juan el Bautista enseñó que las personas recién arrepentidas que acontecía que habían estado en el ejército (y a quienes probablemente no se les permitía salirse) no deberían HACER VIOLENCIA. Presumiblemente, como el apóstol Pablo enseñó acerca de los esclavos (1 Corintios 7: 21), a los soldados se les decía que ellos deberían aceptar su carga hasta que ellos pudieran estar libres de ella –y quizás a causa de que ellos no hicieran violencia, a ellos posiblemente se les permitiría salirse pronto del servicio militar (los que comandan ejércitos no quieren generalmente soldados que no combatirán).

De cualquier manera, para justificar adicionalmente la guerra, Tomás de Aquino continuó con:

Aquellos que hacen justamente la guerra buscan la paz, y así ellos no están opuestos a la paz, excepto a la paz mala, que Nuestro Señor “no vino a enviar sobre la tierra” (Mateo 10: 34). Por lo tanto Agustín dice (Ep. ad Bonif. clxxxix): “Nosotros no buscamos paz en orden a estar en guerra, sino que nosotros vamos a la guerra para que nosotros podamos tener paz. Ser pacíficos, por lo tanto, al hacer la guerra, así que ustedes puedan vencer a aquellos contra quienes ustedes hacen la guerra, y traer a ellos la prosperidad de la paz” (Ibid).

Quizás yo debería agregar aquí que el término “paz mala” no está en ninguna versión de la Biblia que yo haya visto nunca, por lo tanto no parece ser una razón válida para justificar la participación cristiana en la guerra.

Debería anotarse que si bien la primera Iglesia estaba contra el servicio militar, en el siglo catorce la Iglesia Romana posteriormente decretó:

Ambas, por lo tanto, están en poder de la iglesia, es decir, la espada espiritual y la espada material, pero la primera ha de ser administrada por la Iglesia pero la última por la Iglesia; la primera en las manos del sacerdote; la segunda por las manos de reyes y soldados, pero con la voluntad y autorización del sacerdote. Sin embargo, una espada debe estar subordinada a la otra y la autoridad temporal, sujeta al poder espiritual…Además, nosotros declaramos que toda criatura humana esté sujeta al Pontífice Romano (THE BULL UNAM SANCTAM , 1302. English translation taken from a doctoral dissertation written in the Dept. of Philosophy at the Catholic University of America, and published by CUA Press in 1927. In Medieval Sourcebook, http://www.fordham.edu/halsall/source /b8-unam.html 01/16/06).

De esta forma, los líderes romanos aprobaban matar y el uso del ejército bajo la autoridad del liderazgo de la iglesia.

Las Cruzadas fueron uno de los más famosos usos del ejército por aquellos asociados con la Iglesia Católica Romana (como también con la Iglesia Ortodoxa Oriental).

Como también la famosa inquisición:

El siguiente gran paso en el establecimiento de la Inquisición fue tomado por Inocencio III…En el Oeste, el mismo Papa lanzó una “Cruzada” contra los Cátaaros, o Albigenses, del Sur de Francia en 1208…En el siglo segundo de la era cristiana, la mayoría de los cristianos rehusaba tomar las armas por completo…Un milenio más tarde, los cristianos no sólo estaban combatiendo por la iglesia contra los “infieles” que habían conquistado antiguas tierras bíblicas, sino contra otros cristianos, los herejes, quienes sólo pedían poder vivir en paz en su suelo ancestral…Quizás para los papas medievales el factor crucial que les hizo condenar a los disidentes era realmente el rechazo de los disidentes a la autoridad papal (Brown HOJ. Herejías: Herejía y Ortodoxia en la Historia de la Iglesia. Hendrickson Publishers, Peabody (MA), 1988, p. 260-261).

Pero usar fuerza militar no era la única posición de Roma en la Edad Media.

Note las siguientes afirmaciones curiosas de su anterior pontífice, Benedicto XVI, quien en un mayor grado está apoyando a su predecesor, como también la posición de Aquino:

A este respecto, la Introducción de “Spirituali Militum Curae” expresamente cita “Gaudium et Spes”, recordando que aquellos que hacían el servicio militar deberían ser considerados como “ministros de la seguridad y la libertad de las personas”, porque, “si ellos llevan a cabo sus deberes apropiadamente, ellos tambien contribuyen a estabilizar la paz” (c. “Gaudium et Spes”, n. 79).

Si, por lo tanto, el Concilio llama a los miembros de las fuerzas armadas “custodios de la seguridad, cuánto más así serían los Pastores a quienes ellos eran confiados!

Yo por lo tanto urge a todos ustedes a asegurar que los Capellanes militares sean auténticos expertos y maestros de lo que la Iglesia enseña y practica, con una visión de construir la paz en el mundo.

La Constitución Apostólica del Papa Juan Pablo II es un hito importante en esta enseñanza y su contribución en este contexto puede resumirse en las palabras que ustedes han escogido correctamente como tema de este Congreso: “Ministerium pacis inter arma” – Soldados al servicio de la paz”.

Mi Predecesor consideraba este “ministerium pacis inter arma” una nueva proclamación del Evangelio en el mundo militar, del cual los cristianos soldados y sus comunidades no pueden dejar de ser los primeros heraldos” (Address, Third International Congress of Military Ordinariates, 11 March 1994; ORE, 23 March, n. 5, p. 6).

La Iglesia es misionera por naturaleza y su principal tarea es la evangelización, que busca proclamar y atestiguar a Cristo y promover su Evangelio de paz y amor en todo ambiente y cultura.

La Iglesia es también llamada en el mundo militar a ser “sal”, “luz” y “levadura”, para usar las imágenes a las que el propio Jesús se refiere, para que las mentalidades y estructuras puedan estar cada vez más plenamente orientadas a la construcción de la paz, en otras palabras, a ese “orden planeado y querido por el amor de Dios” (Message for World Day of Peace, 1 January 2006, n. 3; ORE, 21 December 2005, p. 6), en el cual la gente y los pueblos puedan desarrollarse plenamente y ver reconocidos sus propios derechos fundamentales (cf. ibid, n. 4).

La enseñanza de la Iglesia sobre el tema de la paz es un aspecto esencial de su doctrina social. Injertada en raíces muy antiguas, continuó en desarrollo en el siglo pasado en un suerte de “crescendo” que culminó en la Constitución Pastoral “Gaudim et Spes”, en las Encíclicas de Bl. Juan XXIII y de los Siervos de Dios Pablo VI y Juan Pablo II, como también en sus Discursos ante la Organización de las Naciones Unidas y sus Mensajes de cada Día Mundial de la Paz.

Este insistente llamado por la paz ha influenciado la cultura occidental, patrocinando la idea de que las Fuerzas Armadas son “un servicio exclusivo por la seguridad y la libertad de los pueblos” (John Paul II, Address, Third International Convention of Military Ordinariates; ORE, 23 March 1994, n. 5, p. 6). (Benedict XVI. Giving Priority to the Soldier’s Christian Formation. Vatican translation of the address Benedict XVI delivered in the Vatican on Oct. 26 to the participants in the 5th International Congress of Military Ordinariates. From http://www.zenit.org/english/ 11/13/06 ).

Así incluso si bien menciona el “Evangelio de la Paz”, Benedicto XVI parecía claramente estar enseñando que los participantes en el ejército son esenciales a la enseñanza sobre la paz de la Iglesia Católica Romana. Nosotros en la Continuación de la Iglesia de Dios tenemos una opinión diferente.

El Papa Francisco está llamando por el fin de la guerra, pero él no está enseñando a sus seguidores a no ser combatientes. Si él verdaderamente estuviera contra la guerra, él verdaderamente cambiaría la doctrina de la Iglesia Católica Romana acerca de la guerra. Pero, él no podrá hacer eso.

Además, el Papa Francisco de nuevo hizo un llamado ecuménico en su mensaje hoy:

Enero 1, 2004

CIUDAD DEL VATICANO – El Papa Francisco urgió el miércoles a las gentes a aceptar las diferencias mutuas y a los enemigos a reconocer que ellos son hermanos.

“Nosotros somos todos hijos del mismo padre celestial, nosotros pertenecemos a la misma familia humana y nosotros compartimos un destino común”, dijo Francisco, hablando desde la ventana de su estudio que da a la Plaza de San Pedro, colmada con diez mil fieles, turistas y romanos.

“Esto trae una responsabilidad para cada uno de trabajar de manera que el mundo se convierta en una comunidad de hermanos que se respeten unos a otros, que se acepten unos a otros en su propia diversidad, y que tengan cuidado unos de otros “, dijo el Papa. http://www.foxnews.com/world/2014/01/01/pope-francis-stresses-acceptance-and-community-in-new-year-address/

La Biblia enseña la paz, sin embargo advierte del surgimiento de un poder ecuménico guerrero (Apocalipsis 13: 4, 8) –uno que Roma apoyará y promoverá (Apocalipsis 13: 11-18; Apocalipsis 17). (Aquí hay un enlace a un video de YouTube ¿Debería usted estar preocupado acerca del movimiento ecuménico?).

El Papa Francisco está haciendo arreglos para incentivar el ecumenismo mientras dice estar en contra de la guerra. Pero la Biblia muestra que el venidero poder ecuménico será guerrero y perseguidor (Daniel 7: 25, 11: 28-39; Apocalipsis 13: 15; cf. capítulo 14). Los actuales llamados para aceptar la “diversidad” no aplicarán una vez que el venidero poder de la Bestia gane el poder.

Así, aunque en ciertos aspectos el Papa Francisco luce como un cordero, las implicaciones de lo que él está diciendo como si fuera un dragón necesitan ser entendidas por los que vigilan las profecías.

Posted in Enseñanzas, Español
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