El Evangelio del Reino de Dios

El Evangelio del Reino de Dios

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31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria; 32 y todas las naciones serán reunidas delante de él. El separará los unos de los otros, como cuando el pastor separa las ovejas de los cabritos; 33 y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “¡Venid, benditos de mi Padre! Heredad el reino que ha sido preparado para vosotros desde la fundación del mundo. (Mateo 25: 31-34)

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¿Sabe usted que las primeras y las últimas cosas acerca de las cuales predicó Jesús aparentemente tenían qué ver con el evangelio del reino de Dios? ¿Recuerda usted que el fin no puede venir hasta que el reino de Dios sea predicado al mundo como testimonio? ¿Sabe usted que el reino de Dios era el énfasis de los apóstoles y de aquellos que los seguían a ellos?

El verdadero reino de Dios no está siendo enfatizado por muchos que profesan a Cristo en estos días, pero hay un grupo que hace de ello la principal prioridad.

¿Es el reino de Dios la persona de Jesús? ¿Es el reino de Dios Jesús viviendo Su vida en nosotros ahora? ¿Es el reino de Dios algún tipo de futuro reino verdadero?

¿Qué es un reino? ¿Justo qué es el reino de Dios? ¿Qué enseña la Biblia? ¿Qué enseñaba la primera iglesia Cristiana?

Este correo intentará suministrar algunas respuestas a estas preguntas.

Antes de ir a las escrituras específicas y a los comentarios históricos, es importante entender que un reino requiere un reino, un territorio, súbditos, y leyes. Esos son los componentes de un reino y también los componentes del reino de Dios.

Daniel enseñó acerca del Reino

Al profeta Daniel le fue dicho que registrara esto acerca del reino de Dios:

44 Y en los días de esos reyes, el Dios de los cielos levantará un reino que jamás será destruido, ni será dejado a otro pueblo. Este desmenuzará y acabará con todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre. (Daniel 2: 44).

18 Pero los santos del Altísimo tomarán el reino y lo poseerán por los siglos y por los siglos de los siglos.’ (Daniel 7: 18).

De Daniel, nosotros aprendemos que el reino de Dios destruirá los reinos humanos y durará para siempre. Y que los santos tendrán su parte al recibirlo.

Isaías enseñó acerca del Reino

Dios inspiró a Isaías a escribir lo siguiente acerca del Líder del reino de esta manera:

6 Porque un niño nos es nacido, un hijo nos es dado, y el dominio estará sobre su hombro. Se llamará su nombre: Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 7 Lo dilatado de su dominio y la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afirmarlo y fortalecerlo con derecho y con justicia, desde ahora y para siempre. El celo de Jehovah de los Ejércitos hará esto. (Isaías 9: 6-7).

Note que Isaías dijo que Jesús vendría y establecería un reino con un gobierno. Aunque muchos que profesan a Cristo citan este pasaje, especialmente en diciembre cada año, ellos tienden a pasar por alto que está profetizando más que el hecho de que Jesús iba a nacer. La Biblia es clara en que el reino de Dios tiene un gobierno, con leyes, sobre sujetos, y que Jesús estará sobre él. Isaías, Daniel, y otros profetizaron eso.

Los Católicos Romanos enseñan que el Reino es importante, pero…

El Papa Pío XI en su encíclica Quas Primas enseñó:

…la Iglesia Católica es el reino de Cristo sobre la tierra. (Citado en Kramer P. La Batalla final del Diablo. Good Counsel Publications, 2002, p. 73)

Pero eso no es consistente con la enseñanza de la Biblia. En lugar de ello, la Iglesia de Roma ahora parece enseñar tan fuertemente contra el reino milenial que es casi la única “doctrina del Anticristo” que ella lista en el Catecismo oficial de la Iglesia Católica:

676 El engaño del Anticristo ya comienza a tomar forma en el mundo cada vez que se hace el reclamo para darse cuenta dentro de la historia de que la esperanza mesiánica sólo puede ser realizada más allá de la historia a través del juicio escatológico. La Iglesia ha rechazado incluso formas modificadas de esta falsificación del reino por venir bajo el nombre de milenarismo, especialmente la “íntrínsecamente perversa” forma política de un mesianismo secular. (Catecismo de la Iglesia Católica. Imprimatur Potest +Joseph Cardinal Ratzinger. Doubleday, NY 1995, p. 194).

De esta manera, aquellos asociados con la Iglesia de Roma tendrán grandes problemas con la proclamación del Evangelio del Reino de Dios en el fin. Y en la versión del tiempo del fin ella tomará terribles pasos contra esa proclamación.

Jesús enseñó el Evangelio del Reino

En el Nuevo Testamento, la palabra en español “reino” para este particular reino es mencionada aproximadamente 149 veces en la NKJV y 151 en la Biblia Douay Rheims.

Cuando Jesús comenzó Su ministerio público, Él comenzó predicando acerca del evangelio del reino de Dios. Aquí está lo que reportó Marcos:

14 Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio de Dios, 15 y diciendo: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepentíos y creed en el evangelio!” (Marcos 1: 14-15).

Aquí está la primera enseñanza pública que registra Mateo:

23 Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. (Mateo 4: 23).

Mateo también registra:

35 Jesús recorría todas las ciudades y las aldeas, enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. (Mateo 9: 35).

Lucas, como Isaías, muestra que Jesús reinará sobre el reino para siempre:

33 Reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin. (Lucas 1: 33).

Lucas registra que el propósito por el que Jesús fue enviado era predicar el reino de Dios. Note lo que enseñó Jesús:

43 Pero él les dijo: “Me es necesario anunciar el evangelio del reino de Dios a otras ciudades también, porque para esto he sido enviado.” (Lucas 4: 43).

¿Ha escuchado usted que eso sea predicado? ¿Se ha dado cuenta usted acaso de que el propósito para el cual fue enviado Jesús era predicar el reino de Dios?

Lucas también registra que Jesús fue y predicó el evangelio de Dios:

10 Cuando los apóstoles regresaron, contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Y él los tomó consigo y se retiró aparte a la ciudad llamada Betsaida. 11 Pero al saberlo las multitudes, le siguieron; y él los recibió y les hablaba del reino de Dios y sanaba a los que tenían necesidad de ser sanados. (Lucas 9: 10-11).

El reino de Dios no sólo era el énfasis del ministerio de Jesús. Él deseaba que ello fuera la principal prioridad para aquellos que lo siguieran a Él puesto que Él enseñó:

33 Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (Mateo 6: 33).

31 Más bien, buscad su reino, y estas cosas os serán añadidas. 32 No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. (Lucas 12: 31-32).

Note que el reino será dado a una manada pequeña. Por lo tanto el reino no puede ser una masiva iglesia que exista ahora.

Jesús enseñó que Sus seguidores orarían para que venga el reino, por lo tanto ellos no lo poseen todavía:

9 Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos: Santificado sea tu nombre, 10 venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. (Mateo 6: 9-10).

Durante Su ministerio, Él envió a los discípulos a predicar el reino de Dios:

1 Reuniendo a los doce, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades. 2 Los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. (Lucas 9: 1-2).

Jesús enseñó que Su sola presencia no era el reino, porque él [el reino] no era todavía:

28 Pero si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. (Mateo 12: 28).

El reino está en el futuro, él no está aquí ahora como lo muestran estos versículos de Marcos:

47 Y si tu ojo te hace tropezar, sácalo. Mejor te es entrar con un solo ojo al reino de Dios que, teniendo dos ojos, ser echado al infierno, (Marcos 9: 47).

23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: —¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 24 Los discípulos se asombraron por sus palabras; pero Jesús, respondiendo de nuevo, les dijo: —Hijitos, ¡cuán difícil es entrar en el reino de Dios! 25 Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios. (Marcos 10: 23-25).

25 De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios. (Marcos 14: 25).

43 llegó José de Arimatea, miembro ilustre del concilio, quien también esperaba el reino de Dios, y entró osadamente a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. (Marcos 15: 43).

Jesús enseñó que el reino no es ahora parte del presente mundo:

36 Contestó Jesús: —Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos. Ahora, pues, mi reino no es de aquí. (Juan 18: 36).

Jesús enseñó que el reino vendrá después de que Él venga de nuevo y que Él será su Rey:

31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria; 32 y todas las naciones serán reunidas delante de él. El separará los unos de los otros, como cuando el pastor separa las ovejas de los cabritos; 33 y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “¡Venid, benditos de mi Padre! Heredad el reino que ha sido preparado para vosotros desde la fundación del mundo. (Mateo 25: 31-34).

Jesús suministró algunas explicaciones de a qué se asemeja el reino de Dios:

26 También decía: “Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra. 27 El duerme de noche y se levanta de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. 28 Porque de por sí la tierra da fruto: primero el tallito, luego las espigas y después el grano lleno en la espiga. 29 Y cuando el fruto se ha producido, en seguida él mete la hoz, porque la siega ha llegado.” (Marcos 4: 26-29).

18 Por lo tanto, él decía: —¿A qué es semejante el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? 19 Es semejante a un grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció y se convirtió en un árbol, y las aves del cielo hicieron nidos en sus ramas. 20 Otra vez dijo: —¿A qué compararé el reino de Dios? 21 Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado. (Lucas 13: 18-21).

Estas parábolas sugieren que, al principio, el reino de Dios es completamente pequeño, pero que se hará grande.

Lucas también registró:

29 Vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur; y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. (Lucas 13: 29).

Así, el reino es algo en que uno puede sentarse. Y eso es verdadero respecto de todos los reinos. Ellos tienen un rey, ellos cubren un área geográfica, ellos tienen reglas, y ellos tienen súbditos.

También, la gente comerá realmente en el reino:

15 Al oír esto, uno de los que estaban sentados juntos a la mesa le dijo: —¡Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios! (Lucas 14: 15).

Puesto que la gente (en el futuro) comerá en el reino, ello no es algo puesto adentro de nuestros corazones ahora (a pesar de las malas traducciones de Lucas 17: 21 que sugieren otra cosa).

Los discípulos sabían que el reino no estaba adentro de ellos, y que él tenía que aparecer como lo muestra lo siguiente:

11 Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén y porque ellos pensaban que inmediatamente habría de ser manifestado el reino de Dios. (Lucas 19: 11).

Jesús confirmó esto, como lo registra Lucas:

29 Y les dijo una parábola: —Mirad la higuera y todos los árboles. 30 Cuando veis que ya brotan, vosotros entendéis que el verano ya está cerca. 31 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que el reino de Dios está cerca. (Lucas 21: 29-31).

Jesús claramente mostró que el reino de Dios era algo que sucedería en el futuro cuando Él enseñó:

15 Y les dijo: —¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta Pascua antes de padecer! 16 Porque os digo que no comeré más de ella hasta que se cumpla en el reino de Dios. 17 Luego tomó una copa, y habiendo dado gracias, dijo: —Tomad esto y repartidlo entre vosotros, 18 porque os digo que desde ahora no beberé más del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios. (Lucas 22: 15-18).

El reino de Dios no vino tan pronto como Jesús fue crucificado como muestran tanto Marcos como Lucas:

43 llegó José de Arimatea, miembro ilustre del concilio, quien también esperaba el reino de Dios, y entró osadamente a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. (Marcos 15: 43).

51 Este no había consentido con el consejo ni con los hechos de ellos. El era de Arimatea, ciudad de los judíos, y también esperaba el reino de Dios. (Lucas 23: 51).

Después de la resurrección, uno nacerá de nuevo en el reino de Dios como lo registra Juan:

3 Respondió Jesús y le dijo: —De cierto, de cierto te digo que a menos que uno nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo: —¿Cómo puede nacer un hombre si ya es viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? 5 Respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que a menos que uno nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. (Juan 3: 3-5).

(Más información sobre este tema puede encontrarse en el artículo Nacido de nuevo: ¿Una cuestión de semántica?)

Después de que Jesús resucitó, Él enseñó de nuevo acerca del reino de Dios:

3 A éstos también se presentó vivo, después de haber padecido, con muchas pruebas convincentes. Durante cuarenta días se hacía visible a ellos y les hablaba acerca del reino de Dios. (Hechos 1: 3)

De esta forma, aparentemente el primero y el último sermones que Jesús dio fueron acerca del reino de Dios.

Jesús también hizo que el apóstol Juan escribiera acerca del reino milenial que estaría sobre la tierra. Note lo que Él hizo que Juan escribiera:

4 Y vi tronos; y se sentaron sobre ellos, y se les concedió hacer juicio. Y vi las almas de los degollados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. Ellos no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni tampoco recibieron su marca en sus frentes ni en sus manos. Ellos volvieron a vivir y reinaron con Cristo por mil años. (Apocalipsis 20: 4)

¿Por qué, si el reino de Dios es tan importante, la mayoría de ustedes no ha escuchado acerca de él? Porque Jesús no pretendía que la mayoría de las personas entendiera eso en esta ra. Él lo llamó un misterio:

11 Y él les decía: “A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios; pero para los que están fuera, todas las cosas están en parábolas, (Marcos 4: 11)

Note que Jesús dijo que el fin vendrá (pronto) DESPUÉS de que el evangelio del reino sea predicado a todo el mundo como TESTIMONIO:

14 Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo para testimonio a todas las razas, y luego vendrá el fin. (Mateo 24: 14)

Así, la verdadera iglesia Cristiana debería estar proclamando ese evangelio ahora. Esta debería ser la principal prioridad para la Iglesia (un artículo de interés relacionado puede ser ¿Debería la Iglesia todavía tratar de colocar su principal prioridad en proclamar el Evangelio o cambió Herbert Armstrong esa prioridad para la Obra?). Y esto es lo que la Continuación de la Iglesia de Dios se esfuerza por hacer.

Mucha más información sobre este tema está cubierta en el artículo El Evangelio del Reino de Dios era el Énfasis de Jesús y la Primera Iglesia, como también el video de YouTube titulado El Evangelio del Reino.

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