La posición milenial de los Adventistas del Séptimo Día difiere de la de la Biblia

La posición milenial de los Adventistas del Séptimo Día difiere de la de la Biblia

James_and_Ellen_White

James y Ellen White

COGwriter

Hace un rato, yo me encontré las Creencias Fundamentales de los Adventistas del Séptimo Día (SDA) en su sitio Web oficial. Aquí está lo que está enlistado como Creencia Fundamental 27:

27. El Milenio y el fin del pecado:

El Mileni es el reinado de mil años de Cristo con Sus santos en los cielos entre la primera y la segunda resurrecciones. Durante este tiempo los muertos malos serán juzgados; la tierra estará completamente desolada, sin seres vivos humanos habitantes, sino ocupada por Satanás y sus ángeles. A su cierre Cristo con Sus santos y la Santa Ciudad descenderán de los cielos a la tierra. Los muertos injustos serán entonces resucitados, y con Satanás y sus ángeles rodearán la ciudd; pero fuego de Dios los consumirá y limpiará la tierra. El universo será así liberado del pecado y de los pecadores para siempre. (Apoc. 20; 1 Cor. 6: 2, 3; Jer. 4: 23-26; Apoc. 21: 1-5; Mal. 4: 1; Eze. 28: 18, 19).

Aunque yo estoy en desacuerdo que todo el pecado se habrá acabado entonces (cf. Isaías 65: 20, lo que ocurre después del milenio) y varios otros puntos de la posición SDA, el punto principal que yo deseo tratar es la visión de que los santos reinan en el cielo en oposición a sobre la tierra en ese tiempo.

Note que el Libro de Apocalipsis hace claro que el pueblo de Dios reinará sobre la tierra con Cristo:

9 Ellos entonaban un cántico nuevo, diciendo: “¡Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos! Porque tú fuiste inmolado y con tu sangre has redimido para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación. 10 Tú los has constituido en un reino y sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra.” (Apocalipsis 5: 9-10)

Así, un futuro reino físico sobre la tierra está claramente profetizado. No en el cielo.

El capítulo 20 del Libro de Apocalipsis claramente enseña que habrá un reinado de mil años de Cristo:

1 Vi a un ángel que descendía del cielo y que tenía en su mano la llave del abismo y una gran cadena. 2 El prendió al dragón, aquella serpiente antigua quien es el diablo y Satanás, y le ató por mil años. 3 Lo arrojó al abismo y lo cerró, y lo selló sobre él para que no engañase más a las naciones, hasta que se cumpliesen los mil años. Después de esto, es necesario que sea desatado por un poco de tiempo. 4 Y vi tronos; y se sentaron sobre ellos, y se les concedió hacer juicio. Y vi las almas de los degollados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. Ellos no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni tampoco recibieron su marca en sus frentes ni en sus manos. Ellos volvieron a vivir y reinaron con Cristo por mil años. (Apocalipsis 20: 1-4)

Este reinado milenial es esencialmente la “primera fase” del reino de Dios sobre la tierra (más información puede encontrarse en el artículo El Reino de Dios era el énfasis de Jesús y la primera iglesia).

Pero ¿Enseñaban los primeros cristianos que el reino de mil años iba a ser sobre la tierra?

Sí.

Note lo que Papias, quien fue oyente de Juan y supuestamente amigo de Policarpo, enseñaba en el siglo segundo acerca del reino milenial sobre la tierra. Eusebio registró que Papias (líder de comienzos del siglo segundo) enseñaba:

…habrá un período de mil años después de la resurrección de los muertos, y que el reino de Cristo será establecido en forma material sobre esta misma tierra… (Eusebio. La Historia de la Iglesia, Libro III, Capítulo XXIX, versículo 12, p. 69).

Aquí está otra traducción de lo anterior:

…habrá un milenio después de la resurrección de los muertos, cuando el personal reino de Cristo será establecido sobre esta tierra (Fragmentos de Papias, VI. Ver también Eusebio, Historia de la Iglesia, Libro 3, XXXIX, 12).

Papias enseñaba que habría un tiempo de gran abundancia:

De manera como, [decía él] un grano de trigo produciría diez mil espigas y que cada espiga tendría diez mil granos, y cada grano produciría diez libras de harina clara, pura, fina; y que las manzanas, y semillas, y pasto producirían en similares proporciones; y que todos los animales, alimentándose entonces sólo con los productos de la tierra, se volverían pacíficos y armoniosos, y estarían en perfecta sujeción al hombre” [Testimonio se da a estas cosas por escrito por Papias, un hombre viejo, en el cuarto de sus libros; pues cinco libros fueron compuestos por él…] (Fragmentos de Papias, IV).

Lo anterior es consistente con la opinión que nosotros en la Continuación de la Iglesia de Dios mantenemos.

En el siglo segundo, Ireneo, quien si bien terminó haciendo compromisos con Roma, decía haberse reunido con Policarpo de Esmirna. Aquí está algo de lo que él escribió acerca de esto:

Que toda la creación obtendrá, de acuerdo a la voluntad de Dios, un vasto incremento, que ella puede producir y sustentar frutos tales [como los que nosotros hemos mencionado], declara Isaías: “Y habrá sobre toda montaña alta, y sobre toda colina prominente, agua corriente en todas partes en ese día, cuando muchos perecerán, cuando caerán los muros. Y la luz de la luna será como la luz del sol, siete veces que la del día, cuando Él sanará la angustia de Su pueblo, y acabará con el dolor de Su golpe.” Ahora “el dolor del golpe” significa el infligido al comienzo sobre el hombre desobediente en Adán, esto es, la muerte; el cual [golpe] el Señor sanará cuando Él nos levante de los muertos, y restaure la herencia de los padres, como dice de nuevo Isaías: “Y tú tendrás confianza en el SEÑOR, y Él hará que cruces toda la tierra y te alimentará con la heredad de Jacob tu padre.” Esto es lo que el Señor declaró: “Felices son aquellos siervos a quien el Señor cuando Él venga encuentre velando. Verdaderamente yo os digo, que Él se preparará a Sí mismo, y los hará a ellos sentar [a comer], y vendrá y les servirá a ellos. Y si Él viniese en la vigilia de la noche, y los encontrare a ellos así, benditos son ellos, porque Él los hará a ellos sentar, y ministrá a ellos; o si esto es en la segunda, o si es en la tercera, bendecidos son ellos”. De nuevo Juan también dice la misma cosa en el Apocalipsis: “Bendito y sando es que tiene parte en la primera resurrección.” Entonces, también, Isaías ha declarado el tiempo cuando estos eventos ocurrirán; él dice: “Y yo dije, Señor, Cuánto? Hasta que todas las ciudades sean devastadas sin habitantes, y las casas estén sin hombres, y la tierra sea dejada un desierto. Y después de estas cosas el SEÑOR nos removerá a nosotros los hombres lejos (longe nos faciet Deus homines), y aquellos que queden se multiplicarán sobre la tierra”. Entonces Daniel también dice esta misma cosa: “Y el reino y el dominio, y la grandeza de aquellos bajo el cielo, es dada a los santos del Altísimo Dios, cuyo reino es por siempre, y todos los dominios le servirán y obedecerán a Él”. Y a no ser que la promesa nombrada debiera ser entendida como refiriéndose a este tiempo, fue declarado al profeta: “Y venga a ti, y permanezca en tí mucho de la consumación de los días”. Ahora, que las promesas no fueron anunciadas sólo a los profetas y a los padres, sino a las Iglesias unidas a estos desde las naciones. (Irenaeus. Adversus haereses, Book V, Chapter 34, Verses 2-3. Excerpted from Ante-Nicene Fathers, Volume 1. Edited by Alexander Roberts & James Donaldson. American Edition, 1885. Online Edition Copyright © 2004 by K. Knight).

Pues todas estas y otras palabras son incuestionablemente habladas en referencia a la resurrección de los justos, que tiene lugar despues de la venida del Anticristo, y la destrucción de todas las naciones bajo su gobierno; en [los tiempos de] cuya [resurrección] los justos reinarán en la tierra, haciéndose más fuertes a la vista del Señor: Y a través de Él ellos se harán listos para participar en la gloria de Dios el Padre, y disfrutarán en el reino de intercambio y comunión con los santos ángeles, y unión con seres espirituales; y [con respecto a] aquellos a quienes el Señor encuentre en la carne, esperándolo a Él desde los cielos y quienes hayan sufrido tribulación, como también escapado de las manos del Maligno (Irenaeus. Adversus haereses, Book V, Chapter 35, Verse 1. Excerpted from Ante-Nicene Fathers, Volume 1. Edited by Alexander Roberts & James Donaldson. American Edition, 1885. Online Edition Copyright © 2004 by K. Knight).

Así Ireneo claramente enseñaba que iba a haber un reino físico de Dios sobre la tierra y que los santos resucitados reinarían en ese reino. Y ese marco de tiempo es después de la primera resurrección, el período de tiempo del milenio.

Nepos, quien si bien los católicos ahora dicen que él (ellos también dicen que Policarpo y otros que renunciaron a ellos) entendía y enseñaba que los santos reinarían sobre la tierra. Aquí está lo que La Enciclopedia Católica reportó:

Un obispo egipcio, Nepos, enseñaba el error chiliástico de que habría un reino de Cristo sobre la tierra por mil años, un período de delicias corporales; él fundaba esta doctrina sobre el Apocalipsis en un libro titulado “Refutación de todas las Alegorías” (Chapman, John. “Dionysius of Alexandria.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 5. New York: Robert Appleton Company, 1909. 14 Aug. 2008 <http://www.newadvent.org/cathen/05011a.htm>.).

Lo siguiente de Dionisio claramente muestra que Nepos era todavía respetado después de su muerte (Nepos murió antes de que Dionisio escribiera lo siguiente en la mitad del siglo tercero) y realmente no lo refutó a él desde una perspectiva bíblica:

Pero como ellos producen una cierta composición por Nepos, sobre la cual ellos insisten muy fuertemente, como si ella demostrara indiscutiblemente que habrá un reino (temporal) de Cristo sobre la tierra, yo tengo que decir, que en muchos otros aspectos yo acepto la opinión de Nepos, y lo amo a él de una vez por su fe, y su laboriosidad, y su paciente estudio en las Escrituras, como también por sus grandes esfuerzos en salmodia, por los cuales incluso ahora muchos de los hermanos están deleitados. Yo tengo al hombre, también, en profundo respeto todavía más, en tanto que él se ha ido a descansar antes que nosotros. No obstante la verdad ha de ser apreciada y reverenciada por encima de todas las demás cosas. Y aunque ciertamente es apropiado alabar y aprobar sin esfuerzo cualquier cosa que se dice correctamente, no es menos apropiado examinar y corregir cualquier cosa que pueda parecr haber sido escrita incorrectamente. Si él hubiera estado presente entonces él mismo, y habiera estado expresando sus opiniones oralmente, habría sido sido suficiente discutir la cuestión a la vez sin el uso de escrito, y comprometerse a convencer a los oponentes, y llevarlos a ellos por el interrogatorio y la réplica. Pero la obra está publicada, y es, como ella parece a algunos, de un carácter muy persuasivo; y hay incuestionablemente algunos maestros,quienes mantienen que la ley y los profetas no son de importancia, y quienes declinan seguir los Evangelios, y quienes desprecian las epístolas de los apóstoles, y quienes también han hecho grandes promesas respecto de la doctrina de esta composición, como si bien hubiera algún grande y oculto misterio, y quienes, al mismo tiempo, no permiten que nuestros hermanos más simples tengan ninguna sublime y elevada concepción sea de la aparición de nuestro Señor en Su gloria y en Su verdadera divinidad, o de nuestra propia resurrección de los muertos, y de nuestro ser congregados juntos a Él, y asimilados a Él, sino, por el contrario, comprometidos a llevarlos a ellos a esperar por cosas que son triviales y corruptibles, y sólo tales como las que nosotros encontramos al presente en el reino de Dios. Y puesto que este es el caso, se hace necesario para nosotros discutir este tema con nuestro hermano Nepos justo como si él estuviera presente. (Dionysius of Alexandria. From the Two Books on the Promises. Copyright © 2008 by Kevin Knight. Viewed 8/14/08).

En otras palabras, Nepos conocía su Biblia,pero no mantenía la misma posición que alegoristas como Dionisio de Alejandría mantenían. Pero aquellos que mantenían creencias judeo-cristianas, aunque ligeramente castigados, simplemente no fueron casi nunca condenados por los primeros alegoristas. Y él enseñaba que los santos reinarían sobre la tierra. Nepos es uno a quien yo he considerado largo tiempo que fue parte de la verdadera Iglesia de Dios y no parte de la confederación greco-romana que se estaba formando en sus días. Nepos fue uno de los pocos líderes que permaneció firme contra los alegoristas que estaban surgiendo en sus días.

Los santos van a reinar sobre la tierra mil años con Cristo.

Así desde la Biblia, y el entendimiento del segundo (Papia) y tercer (Nepos) siglo los cristiaos, como también desde algunos que conocieron a verdaderos cristianos (Ireneo), está claro que los primeros cristianos creían y enseñaban que el reino milenial estaría sobre la tierra.

De esta manera, aquellos que son SDA podrían querer preguntar puesto que su iglesia no enseña esto, si ella sería parte de la iglesia original o si es (como yo he contendido por largo tiempo) básicamente un grupo disidente que perdió muchas de sus originales fieles enseñanzas.

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La Continuación de la Iglesia de Dios, que intenta representar al remanente más fiel de la porción de Filadelfia (Apocalipsis 3: 7) de la Iglesia de Dios, basa sus creencias en la Sagrada Biblia. Lea la Declaración de Creencias de la CCOG para más información Declaración de las Doctrinas de la Continuación de la Iglesia de Dios.
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