¿Ha visto usted el ‘Trono de Satanás’?

¿Ha visto usted el ‘Trono de Satanás‘?

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“Trono de Satanás” (foto por Joyce Thiel)

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Numerosas veces, mi esposa Joyce y yo hemos podido ver y visitar lo que podría ser el ‘Trono de Satanás’, si es que el diablo de hecho tiene un templo físico sobre la tierra. La última vez fue el año pasado.

La primera vez que nosotros lo vimos fue atrás en 1987 en una gira por la Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano. A todos en esa gira (todos miembros de la WCG) se nos dijo por un ministro de la Iglesia de Dios Universal que estaba conduciendo la gira que Joseph Tkach, Sr. (quien fue luego el Pastor General de la WCG –él murió en 1995) afirmaba que él sentía que este era “el trono de Satanás”. El ministro que guiaba la gira WCG también dijo que había una tradición/leyenda (que posiblemente puede estar ligada a una interpretación de la profecía del siglo 12 de Malaquías) de que el final papa se sentaría en este trono.

Este particular trono es negro y la parte final de sus patas está casi a 5 pies del suelo. A pesar de raras afirmaciones, nadie supuestamente se ha sentado sobre esta final versión de él. Aquí hay un poco de historia acerca del mismo:

Siendo un muchacho Gianlorenzo Bernini (1598-1680) visitó San Pedro con el pintor Aníbal Carraccio y afirmó su deseo de construir un “poderoso trono para el apóstol”. Su deseo se hizo cierto. Como hombre joven, en 1626, él recibió el patronazgo del Papa UrbanoVIII y trabajó en el embellecimiento de la Basílica por 50 años…Bernini entonces volcó su atención sobre otra preciosa reliquia, el llamado Cathedra Petri o “trono de San Pedro”, una silla que a menudo se decía que había sido usada por el apóstol, pero que parece datar del siglo 12. Como la silla misma estaba completamente deteriorada y ya no era más útil, el Papa Alejandro VII determinó darle lustre con el esplendor correspondiente al objeto sobre el cual estaba basada la línea de los sucesores de Pedro. Bernini creó un gran trono de bronce en el cual él albergó, elevados altos sobre cuatro soportes envolventes sostenidos sin esfuerzo por masivas estatuas de bronce de cuatro doctores de la Iglesia, San Ambrosio y Agustín representando a la Iglesia Latina y Atanasio y Juan Crisóstomo, la Iglesia Griega. Las cuatro figuras son dinámicas con trajes ondeantes y expresiones de adoración y éxtasis. (Basílica de San Pedro, Wikipedia, visto 07/21/12)

Aunque no hay evidencia real de que Pedro hubiera convertido su silla (o un banco sobre él cual él se sentó) en esto (o presumiblemente en parte de esto), la realidad es que alguna silla/trono/asiento ha existido por algún tiempo, y ahora está recubierto como el gran trono negro que se muestra. La Enciclopedia Católica enseña acerca de al menos dos:

Desde los más primeros tiempos la Iglesia en Roma celebraba el 18 de enero la memoria del día cuando el apóstol condujo su primer servicio con los fieles en la Ciudad Eterna…

Esta doble celebración fue mantenida también en dos lugares, en la Basílica Vaticana y en un cementerio (coemeterium) sobre la Vía Salaria. En ambos lugares una silla (cathedra) era venerada…En su presente forma (del siglo noveno) el “Martyrologium Hironymianum” da una segunda fiesta de la Silla de San Pedro para el 22 de febrero, pero todos los manuscritos [la] asignan a Antioquía, no a Roma…para el siglo noveno una de las dos fiestas de la cátedra romana se había pasado a Antioquía, muestra que la cátedra de la Vía Salaria debe haber perecido tan temprano como el siglo sexto o séptimo. Llegamos ahora a la cuestión, en dónde estuvo originalmente la silla mostrada y venerada en la Basílica Vaticana durante el siglo cuarto? Por la fuerza de la tradición antigua se ha señalado de manera acostumbrada a la iglesia de Santa Pudenziana como el lugar en donde, en la casa del supuesto Senador Pudens, los dos grandes apóstoles no sólo recibieron hospitalario albergue, sino que mantuvieron también servicios cristianos. Pero las leyendas conectadas con Santa Pudenziana no ofrecen suficiente garantía para la teoría de que esta iglesia fuera la catedral y residencia de los papas antes de Constantino…

En 1776 hubo una excavación en el Aventino, cerca de la actual iglesia de Santa Prisca, una capilla con frescos del siglo cuarto; en estos frescos pinturas de los dos apóstoles eran todavía reconocibles. Entre los escombros se encontró también un vaso dorado con las figuras de Pedro y Pablo. La fiesta de la dedicación de esta iglesia (un punto importante) todavía cae en el mismo día de la anteriormente descrita fiesta de la cátedra del 22 de febrero; esta iglesia, por lo tanto, continuó celebrando la fiesta tradicional incluso después de la destrucción del objeto del cual ella surgió.

En la cripta de Santa Prisca se muestra un capitel hueco, llevando en letras del siglo trece la inscripción: BAPTISMUS SANCTI PETRI (Bautismo de San Pedro), eco indudablemente de una antigua tradición de la administración del bautismo aquí por Pedro. En esta forma hemos vinculado una serie de consideraciones que hacen probable que el lugar “ubi secundo sedebat sanctus Petrus” (en donde San Pedro se sentó por el segundo tiempo), debe buscarse en la actual iglesia de Santa Prisca; en otras palabras, que la silla a la cual se refiere San Dámaso era conservada aquí en el período anterior a Constantino. Era aquí, en consecuencia, que era celebrada la “natale Petri de cathedrâ”, fijada para el 22 de febrero en los calendarios que comienzan con el año 354…

Cómo podría ser llevado el Papa Dámaso a transferir la cathedra Petri de Santa Prisca al Vaticano, puede ser entendido fácilmente por las circunstancias de esa época. Desde el reinado del primer Constantino la Laterana había sido la residencia de los papas, y su magnífica basílica su catedral, mientras el vecino baptisterio de Constantino servía para la solemne administración del bautismo en el víspera de la Cuaresma. En el medio siglo de 312 a 366 (fecha de la ascensión de Dámaso), la importancia de Santa Prisca, su baptisterio, y su cátedra deben naturalmente haber declinado. Dámaso podría por lo tanto estar seguro de la aprobación de toda Roma cuando él transfirió la venerable reliquia apostólica de la pequeña capilla en Santa Prisca a su propio nuevo baptisterio en el Vaticano, en donde ciertamente permaneció hasta el primer cuarto del siglo sexto, después de lo cual fue conservada en diferentes capillas de la Basílica Vaticana…Concluimos, por lo tanto, que no hay razón para dudar de la genuinidad de la reliquia preservada en el Vaticano, y conocida como la Cathedra Petri. (Waal, Anton de. “Silla de Pedro”. La Enciclopedia Católica. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908. 21 jul. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/03551e.htm>)

Debería afirmarse que es por tradición, en oposición al hecho histórico, que Pedro estuvo realmente en Roma alguna vez y no hay evidencia de que él condujera ningún servicio de la iglesia en Roma en una silla. La admisión de que al menos una de las sillas romanas debe haber sido destruida y las otras pueden haber procedido de otras partes debería ayudar a persuadir a aquellos interesados en la verdad de que la Cathedra Petri no es realmente el “trono” de Pedro, o un lugar de donde él “gobernara” a toda la cristiandad. Aunque un Papa (Dámaso) aparentemente creía que él estaba transfiriendo una silla/asiento de Pedro al Vaticano, esto no lo hace así (e incluso si realmente hubiera una silla sobre la que una vez Pedro se sentó que ahora está en la Basílica de San Pedro, esto prueba nada más que todavía existe un asiento en donde Pedro se sentó). El trono que está construido ahora sobre la Cathedra Petri no suministra real evidencia de que hubiese algún lugar en el que Pedro ciertamente se sentó. Otras fuentes dicen que parte de la razón para la leyenda de la Cathedra Petri, como también porque hubo múltiples “asientos/sillas/tronos”, era esencialmente que en el final del siglo segundo y en el siglo tercero bloques de poder construyeron las historias para intentar ganar dominación (p. ej. Sabatier A., Religiones de autoridad y la religión del espíritu. Volumen 16 de Biblioteca de traducción Teológica, 2a. ed. Traducido por Louise Seymour Houghton. McClure, Philips & Co, 1904. Original de la Biblioteca Pública de New York, digitalizado en feb. 9, 2011, p. 112). Se ha asegurado también que el asiento que está debajo nunca podría haber sido el de Pedro puesto que él procede del siglo 8o. o simplemente del siglo 17 (Grandes Falsificaciones en la Historia: La Silla de San Pedro. Copyright ©One-Evil.org 2011. http://one-evil.org/acts_forgery/forgery_chair_of_st_peter.htm visto 07/22/12).

De cualquier manera, algunos creen que el final papa en la lista del Obispo Católico Malaquías, Pedro el Romano, se sentará en la Cathedra Petri (algunos consideran que él será un antipapa, y de esta manera un partidario de Satanás) en la Basílica de San Pedro.

Y para aquellos que no están familiarizados con la lista de Malaquías, él en el siglo 12, predijo, con lo que algunos creen es completa exactitud, cada papa desde 1143. Cuando la lista de Malaquías se hizo pública en el siglo 16, ella era considerada haber sido tan exacta al predecir los pontífices de los siglos 12 a 16, que algunos pensaban que ella no había sido escrita hasta el siglo 16.

Aquí está lo que La Enciclopedia Católica reportó acerca de ello:

En 1139…San Malaquías dio su manuscrito a Inocencio III para consolarlo en medio de sus tribulaciones, y ese documento permaneció desconocido en los archivos romanos hasta su descubrimiento en 1590…Estos cortos anuncios proféticos, en número de 112, indican algún rasgo notable de todos los futuros papas desde Celestino II, quien fue elegido en el año de 1143, hasta el fin del mundo. Ellos son enunciados bajo títulos místicos. Aquellos que han asumido interpretar y explicar estas profecías simbólicas han tenido éxito en descubrir algún rasgo, alusión, punto o similitud en su aplicación a los papas individuales, sea a su país, su nombre, su escudo de armas o insignia, su lugar de nacimiento, su talento o erudición, el título de su cardenalato, las dignidades que ellos tuvieron, etc.

No necesita señalarse, especialmente para los lectores católicos, que la lista de Malaquías sólo es “exacta” si son contados algunos admitidos “antipapas”, y el que está al final de la lista, quien se cree por algunos que es el final Anticristo:

Sacerdote católico Connor: [Cuando] Malaquías visitó al Papa Inocencio II en Roma en 1139, a él se le dio una visión de todos los Santos Padres del futuro…Un estudio de toda la profecía muestra que el cumplimiento de la misma sólo es posible incluyendo a los anti-papas… (Connor, Edward. Profecía para hoy. Imprimatur + A.J. Willinger, Bishop of Monterey-Fresno; Reimpresión: Tan Books and Publishers, Rockford (IL), 1984, pp. 7-9)

D. Lindesy: Después del papa 266o., de acuerdo a San Malaquías, no habrá más papas. En adición a ser el último pontífice, algunos visionarios sugieren que el 266o. pontífice será el Anticristo. (Lindsey DM. La mujer y el dragón: Apariciones de María. Pelican Publishing, 2000, p. 65)

Aquí está algo de lo que un escritor católico comentó acerca del último en la lista de Malaquías:

Hay muchos, alrededor del mundo, que, gracias a esta profecía, están totalmente convencidos de que el próximo Papa se llamará a sí mismo “Pedro” –no considerando la mayoría o no teniendo cuidado de lo que podrían ser las implicaciones de esto.

En la opinión considerada del autor, es altamente improbable que el próximo Papa se llamará “Petrus Romanus” o incluso “Petrus II”.

Para comenzar, dadas las implicaciones del Juicio Final, muchas respetadas fuentes católicas han tratado de señalar, por largo tiempo, que el Papa del cual se habla en la divisa 112 no tiene necesariamente que ser el Papa que siga a la divisa 111; este Papa 111o. sería ahora el actual Papa, Benedicto XVI (#266). La justificación para este “trocamiento” es que las divisas no estaban numeradas en la Lignum Vitae de Wyon de 1595. La numeración, para facilitar el manejo, vino posteriormente. En consecuencia, puede ser discutido que el autor de esta profecía, quienquiera que fuese, no necesariamente quiso decir que el Papa descrito en las dos últimas divisas vendría inmediatamente después del que está identificado en la divisa previa. Básicamente, la ultima, muy larga, atípica divisa describe al último Papa. Este último Papa puede llegar a ser en un tiempo muy posterior –con un indeterminado número de papas interviniendo entre él y el que está descrito en la divisa 111. Por lo tanto, esta última divisa puede realmente no aplicarse al próximo Papa, en cuyo caso, la expectativa de “Petrus Romanus” se hace muda.

[…] apreciar es que el próximo Papa, por la cabal necesidad de las dudas que lo confrontan a él, no va a ser ingenuo. La ingenuidad…no es una característica que uno fácilmente asocie con los cardinales de hoy en día. Ellos conocen los caminos del mundo y son políticos mundiales. No habrá ninguno entre ellos que no esté familiarizado con la profecía de Malaquías. Todos ellos entienden cuáles serían las ramificaciones si el nuevo Papa sorprende a todos diciendo que él se llamará “Petrus Secundus”.

El protodiácono que anuncie a “Petrus Secundus” desde el balcón de San Pedro haría peor que gritar “fuego” en un teatro lleno de gente. Habría una mutilación criminal en la cual es probable que haya otro agolpamiento en la Plaza de San Pedro. La gente entraría en pánico. Habría una estampida, la gente resultaría herida. Sería considerado, de manera completamente correcta, una amenaza de seguridad! Por primera vez en más de una centuria habría tropas italianas, de la NATO, o ambas, rodeando al Vaticano. No habría celebraciones. La bendición Urbi et Orbi no tendría lugar, sería vista con entendible recelo.

Es difícil imaginar al próximo Papa haciendo algo temerario. Es difícil imaginar a los cardenales electores permitiéndole a él hacer algo temerario. Por lo tanto, es extremamente improbable que el próximo Papa será “Petrus Secundus”, para no decir “Petrus Romanus”. Si él es, irse hacia las colinas, y esperar lo mejor. (Gurugé, pp. 221-223)

Ahora, yo estoy de acuerdo con que el actual papa (quien puede ser el último Papa y es el que sigue al #111 en la lista de Malaquías) puede o puede no escoger el nombre de Pedro II o algo similar –pero esto no significa que él no podría cumplir esta profecía. Es necesario aclarar, sea que el Papa escoja o no ese nombre, que el final Papa principal será un destructivo Antipapa. La lista de Malaquías no menciona realmente a los pontífices, sino que básicamente da unas cortas descripciones. Y aunque algunos han concluido que Petrus Romanus es un nombre, podría ser una descripción. La descripción podría significar que él es un pedruzco (o “roca” que es lo que el termino petrus significa) que apoya al final Imperio romano.

Note también la siguiente traducción del predicho Papa final de Malaquías:

Malaquías (siglo 12): Durante la persecución de la Santa Iglesia Romana, se sentará sobre el trono, Pedro el Romano quien alimentará a su rebaño a través de muchas tribulaciones. Después de lo cual la Ciudad de las Siete Colinas (Roma) será completamente destruida y el temible Juez juzgará entonces al pueblo. (Culleton, R. Gerald. Los Profetas y Nuestros Tiempos. Nihil Obstat: L. Arvin. Imprimatur: Philip G. Scher, Obispo de Monterey-Fresno, noviembre 15, 1941. Reimpresión 1974, TAN Books, Rockford (IL), p. 138)

Note que la Biblia advierte contra la ciudad religiosa que gobierna desde las siete colinas:

Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer…Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra. (Apocalipsis 17: 9, 18, NIV)

Así, quizás las fotos de arriba muestren al menos uno de los tronos físicos de Satanás sobre la tierra.

¿Por qué decimos que al menos uno? La Biblia específicamente usa la expresión “trono de Satanás” una vez:

Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. (Apocalipsis 2: 12-13, NKJV)

El Diccionario de la Biblia de Smith anota, “Es llamado el “asiento de Satanás”, lo que algunos suponen referirse a la adoración de Æsculpius [Esculapio], siendo la serpiente su emblema característico. Otros se refieren a la persecución de los cristianos que fue la obra de Satanás” (p. 500).

Y ese particular trono/asiento, presumiendo que ello involucrara uno físico, probablemente no sería el mismo trono físico que se mostró arriba. El principal período de la era de la Iglesia de Pérgamo fue de 450-1050. Justo como la inicial Iglesia local en Pérgamo (tiempo del apóstol Juan) estaba situada en una ciudad en donde Satanás dominaba la política humana, mucho de esta obra de la iglesia de Dios durante los años 450-1010 ocurrió dentro de los límites del gobierno del Imperio Romano Oriental de Satanás. No obstante, sea físicamente o no, en un sentido espiritual parece ser el mismo trono.

¿Por qué?

Hay tres razones básicas.

La primera es que el antiguo Imperio Romano tuvo dos divisiones, la Occidental (basada en Roma) y la Oriental (basada en Constantinopla/Bizancio). Aunque en el Occidente, se enseña la “caída de Roma” en la historia, el hecho de que la pierna oriental del imperio perduró casi por mil años más es relativamente desconocido –y existió antes y después de todo el tiempo en que predominó la era de Pérgamo. Adicionalmenete, los escritores proféticos, incluyendo a los católicos, han tendido a considerar que las dos piernas de la imagen de la Bestia en Daniel 2 tienen qué ver con la división del antiguo Imperio Romano. Y aunque el antiguo Imperio Romano ya no existe, todavía hay una diferencia entre el Occidente (que tiende a ser católico romano, con hijas protestantes) y el Oriente (que tiende a ser más ortodoxo oriental). Pero históricamente (no obstante el “gran cisma” de 1054) ellos han apoyado las mismas metas, el mismo cuerpo, el mismo trono.

Y la segunda es porque la Biblia también enseña que la mujer ramera, quien presumiblemente tendría dos piernas o dos pulmones (los católicos y los ortodoxos orientales han afirmado que ellos son dos “pulmones” en el mismo cuerpo) y que se sienta sobre las siete colinas (tanto Roma como Constantinopla son ciudades de siete colinas/montañas), tiene una historia de perseguir a los verdaderos santos, aquellos que están en la genuina Iglesia de Dios:

Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro. (Apocalipsis 17: 1-6)

Así, de lo anterior nosotros vemos que la mujer ramera reina y tiene una historia de perseguir a los santos. Esta es la misma mujer/ciudad que se sienta sobre las siete colinas y reina (tanto Roma como Constantinopla son conocidas por tener siete colinas/montañas). Y el trono conocido como la Cathedra Petri es considerado ser un trono de importancia para al menos Roma.

La tercera es simplemente que el fundamento de la llamada Cathedra Petri está supuestamente sobre cuatro “Doctores de la Iglesia”. Dos son latinos (católicos romanos) y dos son griegos (ortodoxos orientales). Así, aparentemente ha sido por largo tiempo la intención que la llamada Cathedra Petri sea un retrato de la unidad greco-romana –ellos todos son mostrados soportando el mismo trono. Desde una perspectiva de la Iglesia de Dios los cuatro individuos son interesantes (ellos son de alguna manera listados basados sobre el impacto cronológico de sus enseñanzas):

1. Atanasio: Él estuvo en el Concilio de Nicea (325) y pudo persuadir al Emperador Constantino de apoyar la idea de una trinidad, lo que en ese tiempo era la posición de una muy pequeña minoría entre los obispos greco-romanos que asistieron. Adicionalmente, de acuerdo al artículo de La Enciclopedia Católica sobre el “Espíritu Santo”, sus cerca de 360 escritos fueron la primera “clara y completa” explicación de la actual doctrina greco-romana del Espíritu Santo (ver también ¿Pensaban los primeros cristianos que el Espíritu Santo era una persona separada en una Trinidad?). La profecía católica advierte que en el tiempo del fin tendrá que tratar con un grupo (como la Iglesia de Dios, y probablemente ella) que niega su visión (y la visión de Atanasio) de la “unidad de Dios”.

2. Ambrosio: Él fue un factor principal en la promoción y obtención de la visión de Atanasio que se adoptó sobre el Espíritu Santo. Él y los otros cuatro también promovieron grandemente el celibato. La visión trinitaria que él ayudó a que fuera adoptada por el Concilio de Constantinopla en 381 que resultó en la persecución de la Iglesia de Dios en ese tiempo y desde entonces. Él es conocido también por su obra sobre los “sacramentos” católicos (ver Deberes de los Ancianos/pastores).

3. Juan Crisóstomo: Él fue un gran abogado de los días religiosos greco-romanos y, en 387, un gran condenador de los días santos de Dios como eran observados por la Iglesia de Dios (ver ¿Observaron los primeros cristianos los días santos de otoño? y ¿qué enseña la Iglesia Católica acerca de la navidad y los días santos?). Sus opiniones han sido citadas a través de la historia y probablemente estarán contra los fieles en la Iglesia de Dios en el fin.

4. Agustín: Principalmente en el siglo quinto, él usó los escritos de Ambrosio para expandir sobre los sacramentos. Aunque él no fue el primero en volverse contra la enseñanza de la doctrina bíblica del milenio, él ha sido uno de sus principales prestamistas “intelectuales” sobre los que las iglesias greco-romanas se han apoyado. Puesto que la enseñanza del milenio es la única doctrina listada en el actual Catecismo de la Iglesia Católica (Catecismo de la Iglesia Católica. Imprimatur Potest +Joseph Cardinal Ratzinger. Doubleday, NY 1995, p. 194), es probable que los que apoyan a Satanás usarán sus escritos contra aquellos en la verdadera Iglesia de Dios que continúen enseñando esto (más sobre el milenio puede encontrarse en el artículo ¿Enseñó la primera iglesia el Milenarismo?).

Así la fundación, que sostiene la llamada Cathedra Petri está basada sobre los líderes greco-romanos que a menudo asumieron fuertes posiciones intelectuales contra la Iglesia de Dios. Esta es otra razón para que, espiritualmente al menos, ello parezca representar el trono de Satanás.

Las profecías bíblicas, católicas, y ortodoxo orientales sugieren que las iglesias Romana y Ortodoxa oriental se unificarán. Esto apoyará fuertemente (por un tiempo) a los líderes que Satanás inspira (cf. Apocalipsis 16: 13-14). Falsos líderes probablemente tendrán completo acceso a la Basílica de San Pedro y a la llamada Cathedra Petri, y quienes por un momento, defenderán las posiciones de los doctores que sirven de fundamento al trono.

La Biblia habla de un tiempo cuando el Rey del Norte establecerá la abominación de la desolación en Jerusalén y el “hombre de pecado” se sentará en el “templo de Dios” en los tiempos del fin:

Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora (Daniel 11: 31)

Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios, como Dios, haciéndose pasar por Dios. (2 Tesalonicenses 2: 3-4)

Si esta Cathedra Petri es movida al área de la Iglesia de Dios en la colina occidental de Jerusalén (comúnmente llamada el Cenáculo), es posible que pueda cumplir algo de las anteriores profecías. Lo veremos.

En los tiempos del fin, es posible que Satanás o uno de sus representantes demoníacamente inspirados (cf. Apocalipsis 16: 12-13) pueda literalmente sentarse sobre el trono negro mostrado arriba. Y aunque él puede o no puede ser literalmente el trono de Satanás, la base de la llamada Cathedra Petri y su fundamento anti-Iglesia de Dios sugiere por qué espiritualmente parece al menos parciamente representar el trono de Satanás.

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